El uso de edublogs en las aulas de educación infantil
Si cumplimos con esta premisa, podemos concluir que los edublogs pueden tener cabida en todos los niveles educativos y no tienen porque quedar excluidos en ninguno de ellos.
Si nos situamos en las primeras etapas educativas, un posible objetivo de un edublog podría ser el de consolidarse como herramienta de comunicación familia-escuela. En este caso, el profesorado podría publicar materiales (imágenes, vídeos, audios, presentaciones de diapositivas... previo permiso de las familias) donde se mostrase la vida escolar, tanto el día a día en el aula, como festividades u ocasiones especiales. Los padres y madres podrían participar a través de comentarios.
Si queremos dar un paso más allá, podemos proponer que sea nuestro alumnado el creador de contenidos para el edublog. Con nuestra ayuda, el blog puede ser un espacio dinámico donde nuestros alumnos y nuestras alumnas puedan exponer sus creaciones artísticas (dibujos creados a través del ratón o de la PDI), nos hagan llegar sus primeros mensajes escritos o se comuniquen con nosotros y con nosotras a través de podcasts. Un ejemplo de este tipo, donde los niños y niñas son protagonistas reales, es el bloc de Óscar Barquín llamado Noticiucas de Infantil, un espacio muy interesante que presume de ser el primer blog del mundo escrito por alumnos de educación infantil.
En este sentido, se ha creado una pequeña brecha digital en torno de la integración de las TIC en educación infantil que los y las docentes de este nivel deberíamos contribuir a superar. Evidentemente, no todos los recursos tecnológicos son adecuados para estas primeras etapas (como tampoco lo son para ninguna de las otras), pero nuestro trabajo como profesionales de la educación debe ser el de utilizar las herramientas de las cuales disponemos para mejorar la calidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje y, entre estas herramientas, están las TIC. En todo caso, siempre hay que tener en cuenta que la incorporación de las TIC en la educación debe ser un proceso natural que no implique la eliminación de otras buenas prácticas docentes, si no que el objetivo a perseguir debe ser el de enriquecer los procesos educativos sabiendo seleccionar y aplicar pedagógicamente aquello provechoso que las tecnologías pueden aportar a nuestras aulas.